lunes, 30 de mayo de 2016

                                                                                                                                              
La Auto-mutilación

   La automutilación es un tema tabú en la mayoría de los países del mundo. América Latina y el Ecuador no son la excepción. Cuando se descubre que un miembro de la familia se inflige a sí mismo heridas, cortaduras o quemaduras a repetición, el miedo, la vergüenza y la desesperanza se apoderan rápidamente de los familiares.                                                                                                                                                    Este comportamiento extraño de autodestrucción es difícil de entender y frecuentemente pensamos que algo muy grave y enfermizo afecta a nuestro ser querido. Para desgracia de los pacientes que sufren de automutilación, raramente la familia busca ayuda profesional.
La respuesta más común suele ser que el paciente y su dolencia son sumergidos en la oscuridad del secreto. Los expertos definen la automutilación como la destrucción o alteración directa y deliberada que una persona hace de sus propios tejidos corporales sin la intención de suicidarse. Se distinguen dos tipos de automutilación:
  • La primera es aquella que es aceptada por una cultura o las costumbres de un pueblo.
  • segunda es aquella que es claramente una desviación patológica.


Prácticas culturales mutilantes

  Entre las automutilaciones de tipo cultural encontramos los rituales que se repiten a través de generaciones.
Muchas mutilaciones se hacen con el fin de promover la espiritualidad, la curación de enfermedades, o el orden social. Las llagas en la cara de un soldado prusiano, la circuncisión, los tatuajes en el cuerpo y la perforación de las orejas para insertar aretes decorativos, son algunos ejemplos de prácticas culturales que implican algún grado de modificación corporal. A través de la historia se han visto muchos ejemplos de esto.


La automutilación patológica

  Ésta puede ser moderada o severa. Las automutilaciones moderadas pueden ser repetitivas, compulsivas y episódicas.
  La automutilación severa se asocia a problemas mentales mayores tales como episodios psicóticos, la esquizofrenia, la manía, la depresión, el autismo, el retardo mental y la intoxicación aguda con drogas, entre otros.
  Algunos ejemplos de esta categoría de automutilación son, la auto castración, amputarse un dedo, o cortarse una oreja. Se han visto casos extremos en donde pacientes graves deciden reventarse un ojo.
  El célebre pintor holandés Vincent Van Gogh, quien se cortó su oreja izquierda, padecía seguramente de esta dolencia.
  En cambio la automutilación moderada puede aparecer en personas que parecen completamente normales.
  Algunos investigadores del tema piensan que esas personas son frecuentemente muy inteligentes. Otros en cambio han descubierto que las personas que se auto mutilan tienen un tipo de personalidad llamada "borderline".
       Un ejemplo de automutilación moderada compulsiva es arrancarse cientos de cabellos, contarlos uno a uno, para luego botarlos o comerlos. Estos episodios pueden repetirse muchas veces cada día.
Cuando los episodios de automutilación ocurren de un tiempo a otro, ésta es llamada episódica. Un buen ejemplo es las cortaduras, quemaduras, perforaciones de la piel en las muñecas, las piernas, el cuello, etc. Las heridas son hechas de manera deliberada con el fin de camuflar pensamientos y emociones angustiantes, sentirse mejor y ganar un sentimiento de control de sí mismo.
  Finalmente, en la automutilación moderada repetitiva, la persona deviene completamente dedicada a infringirse heridas. Este tipo de automutilación comienza usualmente en la adolescencia y persiste por decenios. El abuso del alcohol, la cleptomanía (robo compulsivo), la anorexia y la bulimia son problemas paralelos frecuentes de la automutilación.

El cerebro y la automutilación


  Los científicos del cerebro han notado que cuando la serotonina (un químico del cerebro) está disminuida en el cerebro, las personas tienden a auto agredirse.
Inversamente, cuando estos pacientes reciben medicamentos que aumentan la serotonina en el cerebro tienden entonces a auto agredirse.
Otro químico cerebral emparentado al opio, las encefalinas, controlan el dolor y las emociones (placer o euforia). Cuando una persona decide cortarse la piel de la muñeca por ejemplo, las encefalinas son producidas rápidamente por el cerebro para bloquear el dolor.
En el caso de la automutilación, la persona enferma parece que aprende a herirse para inducir la producción de encefalinas y así sentirse mejor, debido al efecto euforizante de los opiáceos.
Otros químicos cerebrales han sido también estudiados y parecen jugar un rol en la automutilación, entre ellos están: las catecolaminas (químicos del estrés) y la GABA (químico de la ansiedad).


¿Se puede curar la automutilación?



  Afortunadamente existen varias estrategias terapéuticas que ayudan grandemente a los pacientes que sufren de automutilación. En la actualidad, los modernos medicamentos que promueven el aumento de la serotonina en el cerebro son sumamente eficaces.
Se calcula que con una terapia apropiada el 97 por ciento de los pacientes mejora significativamente.   La automutilación es y seguirá siendo un problema de salud tabú.
Poco se conoce sobre la frecuencia de la enfermedad y a quiénes afecta.
Para terminar, es muy importante que las familias y los profesionales de la salud revelen y detecten este problema a tiempo. Esta recomendación es más pertinente debido a que una investigación hecha hace pocos meses reveló que los pacientes que se auto mutilan y tienen ideas suicidas, están en alto riesgo de cometer un suicidio. Los profesionales de la salud, deben dirigir a sus pacientes hacia un tratamiento adecuado tan pronto como identifiquen a una persona que se auto mutila.


miércoles, 25 de mayo de 2016


                             ¿Que es la auto-mutilación?


  La autolesión, también conocida como autolesión deliberada o autoagresión, es una práctica consistente en la producción intencionada de heridas sobre el propio cuerpo, comúnmente realizadas sin intenciones suicidas. Estos y otros nombres se emplean en la literatura médica más actual en un intento de utilizar una terminología neutral. La antigua literatura, especialmente la que precede al Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV-TR), empleaba en la mayoría de los casos el término automutilación.

  La forma más común de autolesión son los cortes en la piel. No obstante, la autoagresión involucra un amplio rango de comportamientos que incluye, entre otros: quemaduras, rasguños, golpes, dermatilomanía, tricotilomanía e ingesta de sustancias tóxicas u objetos. Generalmente, los comportamientos asociados con el abuso de sustancias y con los desórdenes alimenticios no son considerados autolesiones, pues los resultantes daños tisulares son, por lo común, un efecto secundario involuntario. No obstante, los límites no son siempre claros y, en algunos casos, los comportamientos que habitualmente caen fuera de los límites pueden representar efectivamente una autolesión si se realizan como un intento explícito de causar daños tisulares. Aunque el suicidio no es unos de los propósitos de esta práctica, la relación entre ambos comportamientos es compleja, especialmente porque la autolesión es potencialmente una amenaza a la vida.

  El deseo de autolesionarse aparece en el DSM-IV-TR como un síntoma del trastorno límite de la personalidad. Sin embargo, pacientes con otras enfermedades también pueden autoagredirse, incluidos los que presentan depresión, trastornos de ansiedad, abuso de sustancias, desórdenes alimenticios, trastorno por estrés postraumático, esquizofrenia y otros trastornos de personalidad. Aparece también en individuos sin diagnóstico médico. Los motivos varían, y puede servir para satisfacer diferentes funciones. Estas funciones incluyen: la autolesión como una estrategia de afrontamiento que provee un alivio temporal a intensas sensaciones tales como ansiedad, depresión, estrés, insensibilidad emocional o sensaciones de fracaso u odio a sí mismo, además de baja autoestima o perfeccionismo.

  Asimismo, está asociada con problemas como traumas y abusos emocionales o sexuales. Existen diversos métodos empleados para tratar la práctica, que se concentran ya sea en el tratamiento de las causas subyacentes o directamente en el tratamiento del comportamiento. Cuando se asocia con depresión, el tratamiento con antidepresivos puede ser efectivo. Otros enfoques implican técnicas de evitación, que se concentran en mantener al paciente ocupado en otras actividades o en reemplazar el acto con otros métodos más seguros que no conduzcan a daños permanentes.

  Es un comportamiento más común en adolescentes y adultos jóvenes, generalmente con apariciones iniciales entre las edades de 12 a 24 años. En la infancia es relativamente rara su aparición; sin embargo, la tasa ha ido en aumento desde la década de 1980. No obstante, puede ocurrir a cualquier edad, incluso en la población de edad avanzada. El riesgo de lesiones serias y de suicidio aumenta en personas mayores. Por otro lado, la autoagresión no se limita a los humanos; los animales cautivos, como aves y monos, también muestran comportamientos similares.



  La autodestrucción, que se manifiesta en cortes, quemaduras, rasguños, arañazos, tirones del pelo, golpes (sobre todo en la cabeza), auto lesiones, cualquier forma de producción de dolor es una forma de expresar el sufrimiento, una forma no verbal de comunicación donde los sentimientos se transmiten visualmente a través del cuerpo. Generalmente, se usa para liberarse de sentimientos de rabia, ira, tristeza, soledad, rencor y dolor emocional. Se efectúa para liberar esas emociones que el autoagredido no puede expresar. También, a veces, ante el sentimiento de no estar vivo, los autoflageladores se cortan para cerciorarse de que siguen vivos.

  Este padecimiento se utiliza a veces para aliviar dolores emocionales fuertes, ya que es más fácil controlar el dolor físico que el emocional. La sensación de dolor produce una cierta liberación de ansiedad. Algunos adolescentes se realizan heridas (cortes o quemaduras, o hasta beber su propia sangre) en momentos de crisis o de sufrimiento, porque el dolor físico les ayuda a soportar su sufrimiento psicológico. En otras circunstancias la autoagresión se utiliza para sentir poder sobre uno mismo. La autoagresión está muy relacionada con las adicciones, trastornos de alimentación como bulimia y anorexia.
 
  La autoagresión o conductas autolíticas son también muy frecuentes en personas que padecen un trastorno límite de la personalidad o personalidad borderline.

  También puede utilizarse la autoagresión como forma de demostrar públicamente el sufrimiento interno, de forma similar a la costumbre judía de "rasgarse las vestiduras y echarse ceniza sobre la cabeza". En este caso el objetivo último es la búsqueda de ayuda o comprensión.

  Por último añadir que en una serie de enfermedades mentales (como demencia, esquizofrenia, discapacidad intelectual] y autismo) los afectados se producen a sí mismos daños sin ningún objetivo sino a consecuencia de su enfermedad, y esta conducta también se considera autoagresión.

  Este tipo de conducta debe ser tratado ya que puede conllevar a pensamientos suicidas y realización de dicho acto.

  • Autismo
  • Depresión
  • Esquizofrenia
  • Suicidio
  • Trastornos alimentarios
  • Trastorno bipolar
  • Trastornos del control de impulsos
  • Trastorno límite de la personalidad


  ¿Que nos dice Dios acerca de como cuidar nuestro cuerpo?

1 tesalonicenses 5:23

  "Y el espíritu de Dios os santifique por completo; y todo vuestros ser, espíritu, al y cuerpo sea guardado irreprensible para la venida de nuestro señor Jesucristo "